lunes, junio 04, 2007

Tú me llamas, Amor...

Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,
el mundo transitorio que me ofrece
un asiento de atrás,
su refugiada bóveda de sueños,
luces intermitentes como conversaciones,
letreros encendidos en la brisa,
que no son el destino,
pero que están escritos encima de nosotros.

Ya sé que tus palabras no tendrán
ese tono lujoso, que los aires
inquietos de tu pelo
guardarán la nostalgia artificial
del sótano sin luz donde me esperas,
y que, por fin, mañana
al despertarte,
entre olvidos a medias y detalles
sacados de contexto,
tendrás piedad o miedo de ti misma,
vergüenza o dignidad, incertidumbre
y acaso el lujurioso malestar,
el golpe que nos dejan
las historias contadas una noche de insomnio.

Pero también sabemos que sería
peor y más costoso
llevárselas a casa, no esconder su cadáver
en el humo de un bar.

Yo vengo sin idiomas desde mi soledad,
y sin idiomas voy hacia la tuya.
No hay nada que decir,
pero supongo
que hablaremos desnudos sobre esto,
algo después, quitándole importancia,
avivando los ritmos del pasado,
las cosas que están lejos
y que ya no nos duelen.

Luis García Montero

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"cruzo la desmedida realidad
de febrero por verte,"
Ahhh que imagen tan cierta, tan crudamente verídica y real.

Txe Peligro dijo...

un grande, gracias

yole dijo...

Me ha gustado coger un taxi y recorrer despacio las calles de estas letras que regalas...
Saludos desde aquí al lado.

Anónimo dijo...

"He aquí que el silencio fue integrado
por el total de la palabra humana,
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera,
habla la boca sin mover los labios,
los ojos de repente son palabras...

pablo neruda

gracias por estos detalles..

kenya

RETRATOS DE ROBERTO ALAMO dijo...

POÉTICAS

Hay
quien siendo
frase
en el dictado
permanente
de la vida
trastoca
el sentido
de esa loca
de manera
sumamente
inexpresiva


mi poema busca
ríe
pregunta
desea
entiende
declara
revive
y no miente
y no juzga
y usa tanga
y se lo quito
y meto la lengua
y después
las narices
en lo que sí me importa.

PD: Te espero, Lucía.