Carlos Goñi con Sole Giménez
No diré que fue un infierno,
pero tampoco fue tierno
conseguir un poco de aire y respirar.
A pesar de que en invierno
la humedad rompe los huesos
y en verano el sol te juzga sin piedad, oh!
Aun así te odio y quiero,
amo el azul de tu cielo,
aunque a veces no demuestre su color.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
Y daré bien empleado el largo paso de años
mientras siga respirando al despertar.
Y tus ojos que, a la luz del día, uh!
me tiran de la cama sin piedad.
Aun así te odio y quiero,
amo el azul de tu cielo,
aunque a veces no demuestre su color.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
Y los coches, y la gente, y la
lluvia en el cristal,
saben bien lo que es vivir en ti ciudad.
Avenidas de gigantes, calles desnudas, sin luz.
El amor de una y mil vidas eres tú.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
Y yo que llevo escrito en la cara
mil guerras y una ganada,
que es estar dentro de ti.
(Hoy: más que nunca.)
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