En la noche del sexo busco luz
y encuentro más y más oscuridad
mi cuerpo es sacro y sacrifica edad
sin tiempo sobre el tuyo cruz con cruz.
Subo y bajo y gravito mi testuz
cae sobre el muro de tu atroz ciudad
sin puertas donde al fin me da mitad
de entrada a la tiniebla un tragaluz.
Mantel mi espalda cubre los manjares
mis brazos y mis piernas son a pares
con los tuyos en forma de escorpión.
Las dos manzanas mi contacto deja
y duerme como un vaso en la bandeja
de tu vientre mi enorme corazón.
Carlos Edmundo de Ory
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