te envuelves en ti misma,
en la luna, en el árbol hirviente de pájaros
arde, se quiebra.
Lloras;
agua en polvo, cristales azul y verde
transparentes, tibios, neutros:
se quiebran lentos, sin ruido
en arena blanca la recojo fría.
Juegas:
mohosas nubes y toca ardiente
en su sombra verde de palmera triste
inventas desiertos y descubres cielo,
cubierta en el polvo del insomnio.
Duermes:
dogmáticos tigres y abismos de soles;
vida que fluye entre los huesos,
rebozo de viento que te mece
en el instante:
sueñas, te llamo,
madrugada invisible.
Re
sílaba en silencio
palabra en la nota
se yergue arcoiris
gris de nota sola.
Molino
de nieve en la lluvia
de viento en la tierra
lluvia entre mares de luces de soles
lluvia entre bosques encalados de luna
lluvia de chispas que queman la lluvia
viento de lluvia ,que viste de luto la yerba
viento de tierra
que regresa al río.
Al
viento la hoja
ala de mirlo
del álamo triste.
Más
que polvo
la ola
más que la ola
la espuma
más que espuma
el granizo
mármol de tiempo.
Ese
tiempo de roca
presente de piedra
ese se escapa
en eses plurales
ligera la nube.
Vacío
soplo de esencias
remolino de eses de frío
como luna entre soles
que queman la arruga del tiempo
polvoso hilo
que escapa como el alma del vivo
para envolverse todo en sí mismo
en olor de sueño y lágrimas
y solo recobrarse
el mirlo
la nota
el mármol el árbol
yo
conmigo
contigo
JOAQUÍN XIRAU ICAZA
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